lunes, 20 de octubre de 2008

¿Jueces por sorteo?

Tribunal Constitucional y bloqueos parlamentarios.

El PP se ha opuesto de manera reiterada a las leyes que plantean reformas para la elección de los magistrados del Tribunal Constitucional y del Reglamento del Senado que lo posibilita, al final y haciendo trampas, han planteado en la mayoría de las comunidades autónomas dos personas que han tenido una significación partidaria, Popular, dentro del anterior Consejo General del Poder Judicial.
El planteamiento de la Ley de que sean las Comunidades Autónomas quienes hagan sus propuestas al Senado para la elección de cuatro miembros del Tribunal Constitucional, sin duda lo que pretende es que puedan acceder al mismo, profesionales que ejercen sus funciones en cualquier punto de España y propuestos por los Parlamentos Autonómicos.
Parece que los veintitrés hombres y mujeres, que han sido propuestos, pueden pasar el examen de idoneidad y por lo tanto tener la posibilidad de que la Comisión de Nombramientos del Senado pueda elevar al Pleno la propuesta correspondiente.
Y aquí, es donde se produce el primer problema. El PP dice que no tiene ninguna intención de cambiar a sus dos candidatos, contaminados por sus declaraciones sobre temas que tendrán que juzgar, y por lo tanto, deja sin posibilidades de acuerdo al resto de los grupos parlamentarios ya que es necesaria una mayoría cualificada en la que necesariamente tienen que tomar parte los dos grandes grupos del PP y del PSOE.
El Presidente del Senado ya ha dicho que aplaza de manera indefinida la convocatoria de la Comisión (faltan los correspondientes informes) hasta tanto haya acuerdo suficiente. Me temo que el acuerdo no va a ser posible, a no ser que los demás acepten la propuesta del PP.
Habrá quien piense que la valoración debe hacerse de una manera clara: expediente universitario, trabajos especializados, cursos, etc. cada una de las cosas con un número de puntos, dando un resultado final en el que los cuatro que más puntos tuviesen serian los candidatos. Este es el sistema normal de cualquier concurso para cubrir plazas dentro de la administración, pero en el caso de esta elección, esto no funciona así.
A mi se me ocurre que cuando en otras elecciones de personas se plantean formas de resolver empates, el de más edad, por el lanzamiento de una moneda, listas más votadas, etc. también en este caso, debería buscarse alguna fórmula para elegir a las cuatro personas para el Constitucional.
Yo me atrevo a sugerir que metan en una bolsa, o saco, las papeletas con los nombres de todos los propuestos y que en sesión plenaria, el Presidente elija cuatro de las mismas por insaculación. Es posible que entre ellos esté uno, o los dos, propuestos por el PP, pero seguro que todos, o casi, aceptaríamos el resultado y podríamos votar libremente.
Ni el PSOE ni el PP deberían enriscarse en unos candidatos concretos y dejar en manos de la suerte quienes vayan a cubrir las cuatro vacantes del Constitucional correspondientes al Senado.
Mejor esto que la imagen, nada edificante, que se transmite a la sociedad por la falta de acuerdo en la renovación de la más alta instancia de nuestro ordenamiento constitucional.

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