lunes, 12 de enero de 2009

Agua azucar y... ¿ayuntamientos?

En el pleno del Senado del día 17 de diciembre, en el que se trato la moción presentada por el Grupo Popular, el Senador Peral, que hizo la defensa de la propuesta, utilizo un tono bajo, pero el mensaje además de demagógico, fue de una agresividad que la hubiese firmado cualquiera de los lideres más duros de su partido. Dio a entender que los concejales y concejalas en el País Vasco, iban a estar mucho más tranquilas si su propuesta salía aprobada, y el Gobierno de España instaba la disolución de los ayuntamientos gobernados por los radicales vascos de ANV y afines. La responsabilidad de lo que les ocurriera, si no se aceptaba la moción, seria culpa de los que votásemos en contra. Recuerdo que esa cantinela la utilizaba de manera frecuente HB en los foros municipales. La culpa será siempre nuestra y solo nuestra.
A mi me gustaría que en los ayuntamientos vascos y navarros se pudiese trabajar con total normalidad y sin la presencia de quienes dan cobertura a la violencia terrorista, pero soy consciente de la realidad de los municipios donde los ciudadanos dieron su apoyo a las listas radicales.
Si fuera posible la disolución, de manera indiscriminada, y así fuera acordado por el Senado, ¿Qué ocurriría a continuación? ¿Quién gestionaría esos municipios? ¿Se verían libres de presión y persecución quienes no son nacionalistas? Estas y otras preguntas a las que responder para que la normalidad ciudadana en la que los vecinos se sientan libres. La realidad es muy tozuda y a poco que echemos la vista atrás, veremos que la violencia etarra solamente se ha reducido cada vez que se producía una tregua, o alto el fuego por parte de la banda terrorista ETA.
Los asesinatos, extorsiones, persecuciones y amenazas, se han producido con los batasunos en los ayuntamientos y también con ellos fuera. Antes de la Constitución hubo asesinatos, en democracia y desde los ayuntamientos elegidos por los vecinos en el año 1979 y con concejales de Batasuna en ellos, siguieron produciéndose actos terroristas, con una violencia y un número de personas asesinadas de los más altos que se recuerdan.
Los pactos de los partidos para marginar a los terroristas, Pacto de Ajuria-Enea, Pamplona y Madrid, fueron herramientas muy importantes de cara a la deslegitimación de los violentos y alguna de las medidas que se adoptaron, como no darles respuesta a las mociones que presentaban en los ayuntamientos y unirse todos contra ellos, votando contra las mismas, les hizo mucho daño y se notaba como se enfadaban, ya que no se producía ningún debate como ellos deseaban. La no participación en ningún foro donde estuvieron presentes, hizo que sus altavoces en los medios de comunicación se redujeran a la minima expresión.
Todo esto les hizo más débiles, pero no permitió que quienes eran concejales, junteros, parlamentarios, etc. pudieran ejercer su trabajo político en plena libertad y sin ir escoltados. Antes como ahora, quienes ejercen tareas de representación de los ciudadanos, sin ser nacionalistas, las llevan a cabo en unas condiciones que se podrían considerar como predemocráticas.
La moción a la que hacia referencia, fue rechazada por la mayoría de la Cámara, quedándose el G. Popular, prácticamente solo, pero este tranquilo el Sr. Peral, sus compañeros y los míos en el País Vasco y Navarra, van a seguir igual de mal que hasta ahora y necesitaran el apoyo de todos nosotros y de la sociedad en general, todos los días independientemente de las actuaciones que tengamos que llevar a cabo para presentar mociones de censura en todos los ayuntamientos en que ANV esté en minoría para desalojarlos de esas alcaldías y poner al frente de esos consistorios a personas que sean dignas de ese cargo.
No nos equivoquemos de enemigos. Solamente lo son, los terroristas de ETA y quienes les dan cobertura.

No hay comentarios: